LAS PLANTAS Y LA AGRICULTURA

La agricultura ha sido considerada, desde siempre, como la actividad de uso racional y renovable de los recursos naturales por excelencia. Sin embargo, ¿Es realmente una actividad renovable?

Comparada con otras actividades puramente extractivas como la explotación de petróleo o la minería, aparece como una actividad sustentable en el tiempo. O, lo que es similar, que utiliza un capital natural renovable que produce un flujo continuo de bienes y servicios. Es cierto que los cultivos crecen todos los años (al menos los anuales) y que pueden ser cosechados también anualmente sin que ello signifique reducir, teóricamente, su capacidad de regeneración. Pero ¿Qué recursos se utilizan para hacer esto posible? La capacidad de las plantas de transformar energía luminosa en energía química a través del fenómeno de la fotosíntesis está condicionada, en los sistemas agrícolas modernos, por el suministro de ciertos recursos que no pueden considerarse totalmente renovables, como combustibles fósiles y recursos minerales. Este tipo de capital se caracteriza por tener capacidad regenerativa nula o cercana a cero.

Algunas características de los sistemas modernos de producción de alimentos y sus consecuencias, permiten dudar de la afirmación que la agricultura pueda ser considerada un ejemplo de recurso renovable por excelencia. Entre estas pueden citarse (de Sarandón & Sarandón, 1993, modificado):

1) Una dependencia creciente de combustibles fósiles y la disminución de la eficiencia productiva en términos energéticos.

 2) Pérdida de la capacidad productiva de los suelos, debido a la erosión, degradación, salinización y desertificación de los mismos.

3) Pérdida o merma de los nutrientes de los suelos debidas al desbalance entre la exportación y la reposición, junto con lixiviación y baja eficiencia en el uso de fertilizantes.

4) La disminución del nivel de los acuíferos por mal uso del agua para riego.

5) La dependencia creciente de agroquímicos (insecticidas, herbicidas, fungicidas, fertilizantes, etc.).

6) El desarrollo de resistencia a los plaguicidas de ciertas plagas y patógenos.

7) La pérdida de variabilidad genética de los principales cultivos (erosión génica).

8) El desplazamiento de algunas técnicas de cultivo propias de agricultores tradicionales por la tecnología moderna, supuestamente de aplicación universal (erosión cultural).

Los agroecosistemas son comunidades de plantas y animales interactuando con su ambiente físico y químico que ha sido modificado para producir alimentos, fibra, combustible y otros productos para el consumo y procesamiento humano. La agroecología es el estudio holístico de los agroecosistemas, incluidos todos los elementos ambientales y humanos. Centra su atención sobre la forma, la dinámica y función de sus interrelaciones y los procesos en el cual están envueltas. Un área usada para producción agrícola, por ejemplo un campo, es visto como un sistema complejo en el cual los procesos ecológicos que se encuentran en forma natural pueden ocurrir, por ejemplo: ciclaje de nutrientes, interacciones predador-presa, competencia, simbiosis y cambios sesiónales. Una idea implícita en las investigaciones agroecológicas es que, entendiendo estas relaciones y procesos ecológicos, los agroecosistemas pueden ser manejados para mejorar la producción de forma más sustentable, con menores impactos negativos ambientales y sociales y un menor uso de insumos externos.

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