LA COMPOSTA UN ABONO NATURAL

Hay que tener cuidado las tecnologías agroecológicas, no son raros los ejemplos de malas extrapolaciones de buenas ideas

Debido a la complejidad de las interacciones nutricionales de los microorganismos, la calidad de un suelo no depende tanto de la magnitud de un proceso determinado como del balance que se establece entre diferentes procesos. Las prácticas agrícolas alteran este balance, y la posibilidad de retomar su punto original depende de las características de homeostasis del sistema, por lo que no todos los suelos responden de igual manera. El tiempo requerido para amortiguar el impacto en el suelo varía básicamente según la reserva de energía y nutrientes presentes en el humus. Suelos con escasa reserva energética pierden más rápidamente su capacidad de resiliencia, cambiando el tipo y actividad de microorganismos.

Numerosos trabajos evalúan el efecto del uso del suelo sobre los microorganismos edáficos. La opinión generalizada es que los sistemas productivos afectan la reserva de materia orgánica y por ende a los microorganismos que dependen de ella (Buyanosky et al., 1987; Silver et al., 1996; Feller & Beare, 1997; Giller et al., 1997; Masciandaro et al.,1998). Según Waid (1999), las prácticas efectuadas por el hombre para mejorar la fertilidad (fertilización, corrección de pH, incorporación de residuos y abonos, cambios en el drenaje, etc.), alteran en forma positiva la biota edáfica, (promoviendo la descomposición, asimilación, agregación y mineralización) y también en forma negativa (por un aumento de la denitrificación y perdidas de NITRATO).

Hay que tener cuidado con la masificación de las tecnologías agroecológicas: lombricultura, control biológico, abonos verdes, uso de extractos de plantas, asociaciones benéficas, etc. No son raros los ejemplos de malas extrapolaciones de buenas ideas. En la zona montañosa de la República Dominicana, los agricultores, con gravísimos problemas de erosión hídrica, en suelos con alta pendiente, eran aconsejados por algunos técnicos de ONG`s para sacar los residuos vegetales del suelo y hacer “compost”. La tecnología del “compost”, aparentemente buena, por provenir de la agricultura ecológica, en este contexto equivocado resultaba muy mala. El problema de los suelos era la falta de cobertura y estructura, más que nutrientes.

La contaminación de las aguas es, probablemente, el mayor efecto ambiental de la agricultura. En los EE.UU., se considera a la agricultura como la mayor fuente de polución de los cursos de agua superficiales, arroyos, lagos, embalses y ríos. Existen cada vez más evidencias de contaminación de las aguas destinadas al consumo con plaguicidas y/o con derivados de fertilizantes (como los nitratos), sobre todo en países desarrollados donde se hace un mayor consumo de agroquímicos. En los EE.UU. se ha estimado que entre el 50 y 70% de todos los nutrientes que alcanzan los cursos de agua superficiales, provienen de prácticas agropecuarias tales como la aplicación de fertilizantes o abonos animales. Este daño ocasiona pérdidas anuales de un monto que varía de 2 a 16 mil millones de dólares.

 


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